La Sagrada Familia se dirigió desde la ciudad Al-Farma a Tell Basta. Entraron a la ciudad el 24 de Bashans correspondiente al primero de junio.
Cuando descansaban del viaje el Niño Jesús le pidió a la Virgen María beber un poco de agua. La Virgen lo tomó en sus brazos dirigiéndose al pueblo, pero los habitantes no los recibieron con hospitalidad, por lo que la Virgen María volvió triste con el Niño Jesús sin poder darle de beber agua.
San José el carpintero se levantó y tomó un trozo de hierro, que se cree que es una de las herramientas de carpintería que trajo para trabajar en Egipto y mantener a su familia. Con esta herramienta golpeó el suelo junto al árbol, mientras intentaba cavar el suelo emergió un manantial de agua dulce del que todos bebieron y llenaron sus vasijas vacías.
Su Eminencia Anba Gregory, Obispo Superior de Estudios Teológicos e Investigaciones Científicas (1967-2001) mencionó sobre la forma en que brotó el manantial: “Cuando la gente de la ciudad se negó a darle agua al niño, ella sufrió y comenzó a llorar, y cuando Jesús la vio llorar secó sus lágrimas con sus pequeñas manitos, luego dibujó un círculo en el suelo y al instante brotó un manantial de agua dulce como la miel y blanca como la nieve y el Señor Jesús puso sus manos puras en el agua diciendo -“Cualquiera que venga y se bañe en el agua de este pozo en este día del año, será curado de todas sus enfermedades; y que sea para ayuda, salud y curación de las almas y cuerpos de aquellos que beban de este”.
La familia no encontró a nadie que les ofreciera bebida ni comida, salvo un hombre llamado Quloum quien conocía su historia y quedó asombrado al ver el manantial, ya que conocía bien el lugar. Es así que, les invitó a su casa mostrando generosa hospitalidad. La esposa de Quloum estaba enferma y postrada en cama; al entrar a la casa el Señor Jesús la sanó y la llamó por su nombre diciendo: “Ven y siéntate junto a nosotros”. Permanecieron en casa de Quloum por un tiempo. Un día la esposa de San Quloum llevó a la Virgen y al Niño Jesús para mostrarles el gran templo de la ciudad y sus enormes estatuas. Al momento de entrar al templo, la estatua de granito de la diosa Bastet se derrumbó cumpliendo la profecía del profeta Isaías: “He aquí el Señor montando sobre una nube veloz, y entrará a Egipto; y los ídolos de Egipto temblarán delante de él.” (Isaías 19:1)
Cuando los sacerdotes supieron que el niño tenía poder se dieron cuenta de que terminaría su vida sirviendo a los ídolos, por lo se dirigieron al gobernador de la ciudad quien enfadado ordenó matar al niño. Bajo su autoridad ordenó la destrucción de las estatuas de los dioses que adoraban los egipcios. Después de lo sucedido, los habitantes del lugar rechazaron a la Sagrada Familia e intentaron arrestarlos, por lo que Quloum le dijo a San José que se marchara de allí porque temía por ellos.
El Niño Jesús bendijo la casa de Quloum diciendo -“Paz y bendición en tu casa todos los días de tu vida por recibirnos y por todo lo que has hecho por nosotros y mi nombre se perpetuará en esta casa para siempre”. El Niño Jesús le dijo a la Virgen María que en cada lugar que visitasen se construiría una iglesia en su nombre. De acuerdo a esto, se construyó una iglesia dedicada a la Virgen María en el siglo IV en donde estaba la casa de Quloum y, posteriormente, se construyó la Iglesia del Mártir Jorge.