Al sexto día de Hatour nuestro Señor se reunió con la Virgen y los discípulos en aquella casa abandonada que habitara de niño situada en el desierto del monte Qusqam para partir el pan y rociar agua con sus prístinas manos por primera vez.
Este extraño evento es relatado por libros eclesiásticos coptos que fuese registrado y copiado al estilo de la época en donde la palabra misa es mencionada en lugar de partir el pan y la palabra dedicación en lugar de rociar agua citando al papa Teófilo y al papa Cirilos quien fue pilar fundamental de la religión en esa materia.
Sin embargo, este hecho no fue registrado en el Nuevo Testamento como otros hechos importantes que, si hubiesen sido registrados, el mundo entero no podría adecuar los libros escritos, según las palabras del evangelista Juan: “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir”. Amén. (Juan 21:25). Por lo tanto, el monasterio decidió con la guía, la voluntad y la gracia del Señor emprender una difícil tarea. Es muy importante la búsqueda, es decir, ir a las raíces de la procedencia de este gran hecho y al momento en el que ocurrió. En consecuencia, en relación al momento mencionado los estudios continúan, y en este sentido, continúan hasta la actualidad apoyados por la ayuda y gracia del Señor de la Gloria.
No obstante, antes de concluir el tema se debe presentar al apreciado lector lo que señalan los libros eclesiásticos acerca de este gran evento. Se han examinado todas las sepulturas y antiguas sinagogas admitidas por la Iglesia Copta, que por larga tradición la Iglesia Copta ha examinado en los antiguos manuscritos que aún se conservan en los monasterios, las iglesias antiguas, el Patriarcado y el Museo Copto el más antiguo de ellos data de principios del siglo XIV (de acuerdo a lo que se sabe hasta ahora). Además, se encontraron libros acerca de las fiestas y las efemérides eclesiásticas que datan del siglo XV que mencionan esta ocasión, el día 6 de Hatour, como una de las fiestas eclesiásticas importantes de la iglesia.
Se ha descubierto que existe un amplio consenso en señalar este gran evento en los libros de la iglesia y se ha dado testimonio de que, el Señor Jesucristo, Gloria a Él, fue con su madre y sus discípulos y consagró esta santa casa el sexto día del mes de Hatour y, por lo tanto, la Iglesia de Qusqam es la única en Egipto y en todo el mundo en donde ocurrió este gran evento que sería la gran inauguración, única en su tipo, que tendría lugar en el Nuevo Testamento con la mano derecha del Señor y su mandato divino que no ha sido disuelto por los siglos de los siglos. Amén