Las historias de estos milagros provienen de la tradición que ha surgido de la influencia de los cuentos y mitos populares heredados del legado egipcio en la población, así como del impacto que han tenido las historias de los dioses grecorromanos y lo que dejaron. Algunas de estas historias se refieren a las huellas del pie o de la mano del Señor Jesucristo, tal como se ha mencionado.
El milagro de la huella del pie de Jesucristo en la ciudad de Sakha en la zona de Kafr El-Sheikh
La Virgen María bajó de sus brazos a su amado hijo y lo puso sobre la base de una columna en la que el pie del Divino Niño se hundió quedando la impresión de la huella de su pie en la piedra y, que luego de allí brotaría un manantial de agua dulce. Este lugar fue llamado “El talón de Jesús”. Debido a este hecho, los fieles comenzaron a venir de todas partes a poner aceite en la huella del pie, que luego habrían de llevar de vuelta a su lugar de origen después de que obtuvieran el aceite bendecido para la curación de enfermedades y otros fines.
El milagro de la palma de la mano de Jesucristo y la piedra
Durante el viaje de la Sagrada Familia llegaron a una zona conocida como “Gabal Al-Tayr” cerca de la ciudad de Samalut y mientras navegaban en una barca por el río Nilo una gran roca de la montaña estuvo a punto de caerles encima por designio de una malvada bruja. La Virgen al ver que una roca les caería se sintió aterrada, y en el acto, el niño Jesús extendió su mano evitando que la roca cayera sobre ellos. Y de ese modo fue que la palma de la mano de Jesús quedó impresa en la roca. La montaña fue conocida como el “Monte de la Palma”. Años más tarde, Santa Elena mandó construir una iglesia dedicada a la Virgen María, que pasó a ser conocida como la “Iglesia de Nuestra Señora de la Palma”.